Libia contado desde adentro

Hoy tuvimos una nota con Luis de Agustini, golero actualmente sin equipo, de dilatada trayectoria a nivel local e internacional. Arrancó jugando Peñarol. En el 2002 pasó a Liverpool, y de ahí al futbol de Libia, en el que estuvo en dos etapas.

SU SITUACIÓN ACTUAL

Nos contó que actualmente, con su señora, puso un minimarket en Solymar (ruta Interbalnearia km 24) llamado "Loma Alta". Hace una semana que empezó.

Luego, nos relató como fue que se dio la posibilidad de ir a Libia."Yo estaba en el 2002, en Liverpool. Un empresario uruguayo me contactó con un chileno, que justo estaba en Libia llevando a un jugador de Olimpia, Juan Carlos Franco. En ese momento estaban precisando un arquero porque el que estaba se había casado y se tomaba 2 meses de licencia. El suplente se había lastimado y tenía para un tiempo. Me llamaron, me fui para allá y estuve jugando. Me gustó para ir porque era la primera vez que iba a salir del país y podía hacer una pequeña diferencia económica".

Respecto a cómo se sintió cuando llegó, dijo que "no conocía mucho" y contó que lo que más le impresionó es que las canchas de entrenamiento eran "bien de estilo europeo". También mencionó que en el cuadro que jugaba "había gente de renombre, como Patrick Mboma, un conocido camerunés, o Juan Carlos Franco, que acababa de salir campeón con Olimpia de Paraguay"

RIVALIDADES EN LIBIA

Le consultamos cómo se vive el fútbol allá. Mencionó que había clasicos contra el tradicional rival, como se viven acá los Peñarol y Nacional. Aclaró que "se jugaban a estadio lleno" y que "la gran diferencia es que nosotros éramos la cuarta parte del estadio y el otro equipo era todo el estadio, porque había mucho fanatismo, pero en fútbol eramos superiores porque teníamos grandes jugadores y mucho poder adquisitivo". La cosa se complicaba cuando se jugaban partidos con la ciudad rival: "Había rivalidad con la otra ciudad más grande, porque era la ciudad del anterior presidente, derrocado por Gaddafi. Ibamos a jugar a esa ciudad en vuelo charter, con uno de los hijos de Gaddafi, jugábamos y nos ibamos enseguida. Había mucha seguridad".

SITUACIÓN POLÍTICA

Contó que había mucho respeto a Kadafi. Dijo que no se pagaban ni impuestos, ni luz ni agua, y agregó que "cada familia no dejaba de tener 2 o 3 autos. No es como acá, que tenés un auto y tenés que hacer un sacrificio enorme para pagar la patente. Allá pagaban 50 o 100 dólares cada dos años". Consultado sobre si existe pobreza en Libia, contó que "había pobreza como en cualquier lado" pero aclaró que "no es como se ve en algunos países africanos donde hay mucha".

Nombró que se le daba mucha credibilidad a la gente de ahí, y que "igual lavando autos, generaban dinero".

LA RELACIÓN CON EL HIJO DE MUAMAR GADDAFI

"Cuando fui a jugar allá al equipo, Al-Saadi, el hijo de Gaddafi, era el punta neto, el goleador del equipo, incluso salió goleador histórico", nos sostuvo. Sobre sus características como jugador, dijo que "le daban la pelota, arrancaba para al arco y hacía un gol, como en los años 50" y agregó que tenían miedo de marcarlo, por el respeto que generaba.

Nos expresó que no ha tenido noticias de él y que solo tuvo contacto con ellos cuando estuvo allá. "No es tan fácil comunicarse, tenés que pasar con 10 guardaespaldas antes de hablar con él", agregó, y a modo de anécdota nos dijo que le ha pasado que le llegaban citaciones a partidos amistosos a través de los guardaespaldas. Le pedían si podía jugar un amistoso con Al-Saadi y lo llevaban a la casa. "Vivían bien en el centro de Tripodi, cerca del Mar Mediterráneo, en la playa mismo. No es que tenían un lugar privado o apartado", nos declaró sobre el lugar de residencia del hijo del ahora fallecido Muamar Gaddafi.

Sobre su persona, dijo que "era un tipo muy bien, al igual que el otro hermano, Mohamed". Al-Saadi jugaba con él, estaba en la selección y era el que ponía el dinero. En la segunda etapa en que jugó, el financista era Mohamed. "Tuve muy buena relación con ellos, me saludaban muy bien, no había ningún problema, ellos me solucionaban todo, se portaban muy bien", nos dijo.

Sobre cómo se vivía el fútbol en Libia, dijo que hace poco le hicieron una nota acá en Uruguay donde le dijeron una "barbaridad". "Me preguntaron si a los jugadores que jugaban mal los encerraban y les pegaban", dijo. Calificó eso de "un disparate terrible" y dice que "ahora con lo que pasó agrandan las cosas y exageran mucho. No es así, yo jugué en la selección, estuve con Al-Saadi y nunca vi una cosa como esa. Hoy en día se puede hablar cualquier disparate", finaliza sobre ese episodio.

SU VUELTA A URUGUAY

"Me quedaba un año de contrato, pero mi hijo tenía que estudiar. Entonces yo decidí volver. Eran dos días para viajar y dos días para venir. Me tomaba más o menos una semana viajar, y eso para un jugador de fútbol es mucho. Ellos entendieron que me volviera", nos contó, y agregó que su hija nació en Libia y fue nacionalizada uruguaya.

Sobre el fútbol, dijo que no cerró las puertas, que va a esperar hasta diciembre y si no se da, dará el adiós definitivo. "Tiempo al tiempo", dijo. Le habían ofrecido de Plaza Colonia, pero era muy lejos. Después no tuvo ningún ofrecimiento.

Para finalizar, nos contó una anécdota de la fractura que sufrió defendiendo a Liverpool. Dijo que hasta el día de hoy le quedó grabado que miraba a ver si algo había pasado. Se levantó, porque después del golpe se le empezó a calmar el dolor. Sintió que le molestaba, se fue al hospital y se enteró que se fracturó la tibia. "La recuperación se demoró más de lo estipulado, como unos 6 meses", agregó.

Una nota realmente muy fructífera. Le agradecemos muchísimo por el contacto y esperamos que pueda seguir jugando al fútbol y triunfando.




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